El 19 de diciembre la Universidad Internacional de Florida (FIU) anunció que los contratos de académicos de Cuba y otros países quedaban suspendidos atendiendo a los principios del gobierno de Florida.
La pausa establecida por el centro educativo no solo recoge a Cuba sino a «países preocupantes», como China, Rusia, Venezuela, Siria, Irán y Corea del Norte, según emitió un correo que obtuvo la emisora de radio WLRN. En una misiva el vicepresidente de investigación de FIU y decano de la universidad Andrés Gil, indicó a los jefes de departamentos directores de programas de posgrado y personal de recursos humanos de la universidad que se deben detener cualquier oferta de trabajo que involucre cualquiera de los ciudadanos de los países mencionados.
Teniendo en cuenta el tiempo que perdure la congelación de los contratos, esto podría generar más vacantes si la situación se prolonga, en programas de ciencias en el que participan ciudadanos chinos o en el Instituto de Investigaciones Cubanas del centro que admite a disidentes cubanos.
Expresa Andrés que los convenios deben se detienen «hasta que se haga un mejor manejo del proceso» y dijo: «Cualquier oferta que se haya hecho y cualquier reclutamiento activo debe detenerse hasta que tengamos un buen manejo del proceso para que pueda comunicarse adecuadamente a los candidatos y hacer referencia específicamente en nuestras cartas de oferta».
Gil expone que la universidad no aprueba ningún candidato, sino los gobernadores del estado floridano, que se nombran por el gobernador De Santis y la Junta de Fideicomisos del centro. No está claro el cronograma exacto para que ambas juntas finalicen un nuevo proceso. Detalla Gil que: «El proceso para cada candidato tomará varios meses, y no podemos garantizar ningún empleo o puesto para personas de países de interés».
Después de huir de las dictaduras comunistas disidentes cubanos y venezolanos realizan investigaciones en la universidad a través de este proceso, lo cual siempre fue beneficioso.
La misiva también expone que los decanos de los programas de posgrados recibirán información sobre que explicar respecto a este proceso a los becarios admitidos o a los interesados en obtener una ayuda de posgrado. En tal sentido Gil comentó: «Recursos Humanos y Asuntos Académicos se comunicarán con los Decanos y Enlaces de Recursos Humanos sobre el impacto para los empleados que actualmente se encuentran en el proceso de reclutamiento/incorporación».
Sin embargo, cientos de profesores del centro educativo firmaron una petición en la que exponen que esta decisión podría traer consecuencias en la reputación, desarrollo y liderazgo de la FIU a largo plazo. Se lee en la petición que: «Restringir o incluso impedir la contratación de asistentes de posgrado, postdoctorados y académicos visitantes de estos países tendría un impacto devastador en nuestros programas de posgrado y actividades de investigación. Además, podría influir negativamente en el desarrollo, la reputación y el liderazgo a largo plazo de la UF».
El propósito de la ley es limitar la infiltración en el sistema universitario por parte de naciones extranjeras que son hostiles a los Estados Unidos.
En enero de este año la FIU abrió un programa de becas para académicos cubanos que enfrentaban «serias amenazas a su vida» en la isla, en un creciente clima de represión. La convocatoria se lanzó por el Instituto Cubano de Investigaciones de la FIU, y proporcionó un tiempo «un refugio temporal» a investigadores de humanidades y artistas de la isla. Cuatro cubanas ganaron una beca en el centro de estudios superiores las cual son la poetisa Katherine Bisquet, la historiadora del arte Omara Ruiz Urquiola, la artista Lía Villares y la antropóloga Marialina García Ramos.
