En toda Cuba se manifiestan la delincuencia y el vandalismo de forma preocupante, especialmente en Cienfuegos, donde los monumentos están siendo los blancos preferidos.
Esta vez le tocó a la escultura de Juan Dionisio Gil, general de brigada del Ejército Libertador, cuyo sable fue arrancado de cuajo, según informaron medios de prensa cubanos.
La estatua, bañada en bronce, reposa en el humilde barrio de Punta Cotica. Según los vecinos del lugar, el monumento fue destruido por personas que se dedican a la venta ilegal de materia prima.
Los problemas sociales y económicos por los que atraviesa el país han llevado a un preocupante aumento de los actos vandálicos contra los bienes públicos. No es la primera vez que aparecen pintadas en el rostro pulcro de una Cienfuegos declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2005.
La realidad es que la estatua del general Juan Dionisio Gil ha pasado a ser, 100 años después de su inauguración, un codiciado objeto para vender su material a la Empresa Provincial de Recuperación de Materias Primas a cambio de algunos centavos.