Varios actores cubanos emigrados regresan a la TV cubana en la serie «Rompiendo el Silencio»

Jackeline Arenal, Bárbaro Marín y Tahimí Alvariño son rostros que el público cubano ha extrañado mucho en la televisión cubana, pues en los últimos años han hecho una gran carrera en el exterior destacándose en Series, telenovelas y producciones extranjeras, sobre todo colaboraciones colombianas, muchas de las cuales solo podían verse en Cuba gracias al Paquete Semanal.

Ahora estos primerísimos actores regresarán a la pequeña pantalla y junto a un elenco de lujo, protagonizarán la segunda temporada de la exitosa serie de televisión cubana “Rompiendo el Silencio” dirigida por Rolando Chiong.

Hasta el momento solo se ha anunciado que la Serie bajo la producción de RTV Comercial está en proceso de pre-producción, sin embargo algunas fotos de esta fase de estudio del guión ya están dando vuelta en las redes sociales, donde es posible ver parte del elenco de actores de esta nueva entrega.

Además de Jackeline Arenal, Bárbaro Marín y Tahimí Alvariño la Serie tendrá una gran constelación de estrellas de la actuación en Cuba, sobre todo, con la intervención de un gran talento joven.

La televisión cubana, tan deprimida en su programación necesitaba de una propuesta como esta que logró en su primera temporada un elevado rating. Ahora veremos en esta segunda temporada las actuaciones de Jorge Perugorría, Luis Alberto García, Yerlín Pérez, Sandra Castillo, Laura Moras, Belissa Cruz, Yazmín Gómez entre otros.

“Rompiendo el Silencio”, estrenada en Cuba en el año 2017 fue una serie de 9 capítulos que, aunque aborda historias con tramas diferentes, todas tuvieron como temática central el tema la violencia de género, específicamente, hacia las mujeres y las niñas.

La serie conectó tanto con los cubanos, por su contenido realista. Sin tapujos fueron abordados temas crudos que increíblemente están en la sociedad cubana y que a veces no son penados por falta de denuncia de las abusadas. Casos sorprendentes como el del pequeño que luchó por defender su inclinación transexual a pesar de todo. El hombre que fue capaz de mantener relación con dos mujeres a la misma vez, y además de ser machista ser muy violento con una de ellas. El violador que también le gustaba golpear mujeres indefensas. El padre que maltrataba a su hija invidente. La muchacha que fue acosada por Facebook y luego fue víctima de un enfermo sexual, o aquel caso donde un músico no quería que su esposa trabajara, sino que se dedicara a los quehaceres de la casa.

Cada martes en la noche, los cubanos tuvieron la oportunidad de ver una historia diferente que fue desde la violencia física, hasta el abuso sexual, la agresión psicológica, el acoso laboral, la violencia verbal, y todas aquellas manifestaciones de agresión que sufren muchas mujeres hoy día, sobre todo, tomando como muestra ejemplos concretos de la realidad cubana de nuestros días.

A veces oculta, otras no tanto, pero la sociedad cubana está llena de mujeres que son víctimas de violencia y que muchas veces se rinden y terminan aguantando la agresión, o lo que es peor buscan la vía del suicidio y hasta del homicidio.

Por todo eso, la serie de Rolando Chiong gozó de tanta popularidad en Cuba, ya que fue también una especie de llamado para que todas las violentadas se levantaran contra cualquier forma de maltrato.

La serie cubana en su primera temporada también estuvo dirigida por Rolando Chiong y Lucía Chiong, quienes tuvieron un papel importante en la confección de las historias, la selección de los actores del elenco y el trabajo actoral con ellos.

La serie no solo pretendía que muchas mujeres víctimas de la violencia se vieran reflejadas, sino que los agresores de alguna forma se vieran representados,  y que desde la televisión también se sancionaran estas conductas, que a veces no pueden resolverse por la vía penal.

Esperemos a ver si la segunda temporada de esta gustada serie logra atrapar a los cubanos, con temas tan realistas como este, pues todavía en Cuba existen muchas historias por contar sobre mujeres y niñas que son víctimas de agresiones y que aún no han decidido romper el silencio.