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Ernesto Che Guevara y Aleida March de la Torre, Cuba, 1959 (imagen tomada de www.thetimes.co.uk)
Cientos de personas, algunas simples funcionarios vinculados al Gobierno de Fulgencio Batista, fueron ejecutadas por Ernesto Che Guevara en el proceso judicial sumario en La Cabaña, en 1959, la ex esposa del argentino, Aleida March de la Torre ha calificado las cruentas ejecuciones como «un acto de legítima justicia revolucionaria», reporta Diario de Cuba.
Fragmentos del libro «Evocación» de la autoría de March de la Torre fueron publicados recientemente por el sitio oficialista Cubadebate, en el texto la ex esposa del «guerrillero heroico» aborda lo que considera un «tema controversial y tergiversado por los enemigos».
En «Evocación» March de la Torre detalla que «en enero se organizaron los Tribunales Revolucionarios y comenzaron los primeros juicios a los esbirros de la tiranía, a partir del trabajo ejecutado por una Comisión depuradora e investigadora, presidida por el capitán del Ejército Rebelde y abogado, el compañero Miguel Ángel Duque de Estrada».
A juicio de la autora «este ha sido siempre un tema controversial y tergiversado por nuestros enemigos, a pesar de que representó un acto legítimo de justicia revolucionaria, en el que no medió el ensañamiento ni la improvisación».
Según March de la Torre, «se actuó con las normas procesales propias de estos casos», ella asegura que Guevara no participó ni en las comparecencias ni en las ejecuciones.
«Recuerdo que el Che, aunque no asistió a ninguno de estos juicios, ni tampoco presenció los fusilamientos, sí participó en algunas apelaciones y se entrevistó con algunos familiares que iban a pedir clemencia», explica en sus memorias March de la Torre, cuestión que considera evidencia el «actuar humanista y de respeto para con el enemigo, ante una decisión que, aunque justa, no dejaba de ser desagradable».
La viuda del Che difiere del grupo de intelectuales, que en diciembre de 2017 enviaron una misiva protesta contra una exposición en la Alcaldía de París que glorificaba la figura de la «fría máquina de matar», catalogado así por muchos analistas.
Diario de Cuba afirma que el grupo de escritores envió un texto a su redacción, en el que rememoran como el comandante de la Revolución cubana «participaba en los ‘tribunales revolucionarios’, dirigía la ‘Comisión de apelación’, denominada también ‘Comisión Depuradora’, que jamás conmutó una sola sentencia capital».
Los intelectuales también indicaron que el Che sí «asistía a los fusilamientos llevados a cabo en la fortaleza de La Cabaña en La Habana, difundidos por televisión y por los noticieros cinematográficos».
La organización Archivo Cuba, con sede en la ciudad de Miami también documentó muchas de las ejecuciones perpetradas por el régimen de Fidel Castro, incluidas las cometidas por el argentino en 1959.
Que triste papel el de los intelectuales a nivel general (ya que han habido intelectuales de altura, como Eduardo Galeano o Ernesto Sabato, para sólo nombrar a dos eminentes latinoamericanos de luz universal), quienes, justificando su papel de «libres pensadores» o «escritores libres» (escudándose en las Editoriales massmediáticas) quieren aparentar que están libre de prejuicios, pero le sirven de voceros peones a los imperios que, como EE.UU., quieren dárselo de policía del mundo, paladín de la «libertad y la democracia», mientras ejecutan a todo aquel que no le conviene sin juicio previo (recordemos la solicitud de la Secretaria de Estado Norteamericana, Hillary Clinton pidiendo la «cabeza de Kadafy» cuando llegó a una visita a la «libia Liberada» durante la llamada «Primavera Árabe» de 2011, y a los pocos día se la trajeron en «bandeja de plata»; o los Juicios de Núremberg, donde doce procesos posteriores fueron conducidos por el Tribunal Militar de los Estados Unidos, entre los cuales se encuentran los llamados Juicio de los doctores y Juicio de los jueces, mientras que exceptuaban a otros científicos alemanes para que trabajaran con ellos en la carrera de espacial contra la ex-URSS, además de los que ya tenía trabajando para ellos en la elaboración de la Bomba Atómica que lanzaría, y no una sino 2, contra Japón para que se rindiera d de manera incondicional, matando a millares de personas, a pesar de que ya la II Guerra Mundial llegaba a su fin, justificando que eso había evitado más muertes de sus soldados, pero en realidad era para apoderarse de ese país; o el mismo juicio de Husein, ejecutado el 30 de diciembre de 2006, acusándolo de genocidio por uso de armas químicas que nunca aparecieron), con solo declarar que ha «perdido su legitimidad», además de que “no es indispensable”, firmando así sus «cruzadas» contra todo aquel que líder gobernante que no les convengan a sus intereses, los cuales son respaldados por los países aliados e intelectuales pagados -por lo menos sus premios Nobel, a quienes le dan desempeños en los órganos de poder mundial controlados por ello, como la ONU, la OEA, etc., siendo el caso del escritor peruano vargas LLosa, por ejemplo- por ellos. Entonces, ¿cuál es la hipocresía de este mundo y sus seguidores deslumbrados por sus idealismos?
No hay que darle credito alguno a la mujer de un criminal como lo fue el HP Che Guevara. Esa «viuda alegre» escribe todas esas mentiras para poder mantener los beneficios que la dan la Pandilla Mafiosa que se ha robado todo en Cuba. Aleida March de Guevara deberia ser enjuiciada por una Corte Contrarrevolucionria para que reciba la misma «medicina» que recetaba el falso medicucho argentino….ser fusilada en los fosos de la muy tristemente Fortaleza de la Cabaña donde el asesino de su marido le sego a la vida a cientos de Cubanos, siendo El un Repugnante argentino.
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