A pesar de que el gobierno cubano está dando a conocer grandes proyectos para convertir el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana en el centro de conexión más atractivo del Caribe, los vuelos provenientes de naciones como Colombia solo alcanzan un 70 % de capacidad, un porcentaje que resulta insostenible desde el punto de vista económico.
Un experto en el sector de la aviación comercial informó a REPORTUR que aerolíneas como Avianca, Copa y Wingo continúan funcionando en la temporada de Semana Santa. Sin embargo, enfrentan una baja demanda que no consigue alcanzar los costos esenciales para operar de manera rentable.
“Están volando, seguro con menos del 70 %, que eso no es rentable”, comentó el especialista, quien señaló que, para que una operación sea viable, es necesario que la tasa de ocupación supere el 80 % y que se obtenga un ingreso promedio de al menos 300 dólares por billete.
Durante la última Exposición Internacional de Transporte y Logística, la administración renovó su esfuerzo por presentar una visión de progreso y desarrollo en la industria turística, especialmente relacionada con los vuelos hacia Cuba.
El presidente de CACSA, Corporación de la Aviación Cubana, Joel Beltrán Archer Santos explicó las acciones de mantenimiento que se están efectuando en el principal aeropuerto del país, entre ellos las plataformas y pistas incidiendo de forma activa en la Terminal 3 y mejoras en un operador de base fija en la Terminal 5.
En febrero, se abrió una nueva terminal que puede acomodar a 300 viajeros y cuenta con tecnología avanzada para el manejo automatizado de maletas. No obstante, estas iniciativas se enfrentan a una situación alarmante en la aviación en Cuba: las compañías aéreas extranjeras están suspendiendo sus vuelos hacia la isla debido a la escasa demanda y al mal estado de las instalaciones en el país, lo que impacta negativamente en el sector turístico.
La compañía aérea suiza Edelweiss Air suspendió su ruta entre Zúrich y La Habana en marzo, citando problemas logísticos en el aeropuerto de La Habana y una baja demanda por parte de los pasajeros.
La decisión de la aerolínea alemana Cóndor también será un factor, ya que planea finalizar sus vuelos hacia Cuba en mayo de 2025, lo que resultará en la desaparición de la única conexión directa entre Alemania y la isla.
Cóndor identificó la disminución en la demanda de pasajeros y el deterioro de las circunstancias locales como motivos clave para su salida, incluyendo cortes de energía, escasez de suministros y dificultades logísticas que impactan de manera directa la experiencia del viajero.
La disminución en la disponibilidad de vuelos se debe a una tendencia más extensa que afecta al turismo internacional en Cuba, ya que los turistas prefieren visitar otros lugares en el Caribe, tales como Punta Cana.
De acuerdo con datos proporcionados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la isla recibió solamente 196.004 turistas internacionales en enero de 2024, marcando el número más bajo en temporada alta desde 2007, excluyendo los años de pandemia.
La disminución es aún más notable al contrastarla con los 249.255 viajeros que llegaron en enero de 2023 y los 259.898 de enero de 2022. Al final, Cuba concluyó el año 2024 con alrededor de 2,2 millones de turistas, una cifra significativamente inferior a los 4,7 millones que tuvo en 2019.
Según especialistas como el economista José Luis Perelló, no se prevé una pronta recuperación en esta industria. Se estima que Cuba no volverá a registrar tasas de turismo anteriores a la pandemia hasta el año 2030, lo que él califica como una década perdida para uno de los pilares económicos de la nación.
El entusiasmo del gobierno por transformar La Habana en un centro regional choca con la carencia de infraestructuras fundamentales que desaniman a visitantes y empresarios. Sin un suministro energético confiable, sin una infraestructura contemporánea eficiente y sin estímulos evidentes para las aerolíneas internacionales, el ambicioso proyecto presentado por CACSA podría transformarse en otra ilusión sin sustancia, mientras los aviones continúan aterrizando con asientos vacíos.