Dos meses después, Alexei Leyva Céspedes decidió abandonar la Base Naval de Guantánamo, donde había sido trasladado en espera de que un tercer país lo acogiera, y ha regresado a Las Tunas, específicamente a Puerto Padre la capital de donde es oriundo.
“Me dijeron que no podría ingresar a Estados Unidos, que tendría que estar en la Base al menos dos años hasta que otro país aceptara mi solicitud de refugio. Tengo una familia, dos niños y mi esposa. No podía estar tanto tiempo alejado de ellos”, explicó quien fue de «los 24 balseros del faro«, vía telefónica desde Cuba.
Leyva fue entregado por las autoridades de la base a oficiales de inmigración en Cuba, y no ha sido nada fácil para él, pasó una noche en prisión junto a reclusos comunes para luego ser trasladado a Las Tunas.
Con todo el dinero invertido en la travesía y las esperanzas depositadas llegar a Estados Unidos, ahora el «balsero del faro» solo piensa en obtener una patente (licencia) para moler maíz y convertirse en cuentapropista.
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