La poeta y novelista cubana, Wendy Guerra, se cuestionó durante una entrevista con Aristegui Noticias si todos los cubanos no tienen un poco de Fidel Castro.
«Ahora que vemos los reacomodos tras la muerte de Fidel Castro, me pregunto si todos los cubanos, ¿no tenemos un poco de él en la sangre para mal y para bien? Creo que tenemos inoculado el problema.» dijo Wendy.
«Uno se parece a su país y entre más lo niegas, más te pareces. Si niego mi parentesco con Cuba, niego una verdad tal como Cuba niega muchas de sus verdades tácitas. Comparto con mi tierra el aspecto indómito, solitario e independiente. Me parezco en lo malo y en lo bueno. Claro que ahora Cuba se desmarca más de sus hijos y empieza a tener reacciones más anómalas. Cada vez hablamos menos del sistema que nuestros padres y abuelos quisieron fundar. Cuba se empieza a parecer a sí misma y nosotros comenzamos a emigrar o a escribir este tipo de libros. La utopía y la izquierda nos abandonaron» dijo al ser preguntada sobre su comentario.
«Fidel está inoculado en las estructuras. La revolución cubana es un hecho y es difícil escapar.» dijo.
La escritora recuerda el primer premio que obtuvo en la isla donde fue cuestionada por todos que incluso llegaron a sospechar de que su madre le escribía los poemas y después García Márquez o Eliseo Alberto.
«Entonces dijeron que mi madre me escribía los poemas; cuando ella murió pensaban que mis libros los escribía García Márquez o Eliseo Alberto. Tuve muchos problemas de credibilidad en el exilio, en especial en México» dijo.
«Pensaban que a mí me había entrenado la Seguridad del Estado. Son procesos o recursos mentales enredados que sólo funcionan en la cabeza del cubano, quien ha vivido bajo este sistema tan cerrado. Para que no me hicieran daño estos ataques los usé al hablar de Cleo», la protagonista de Domingo de revolución.
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