Agradecido de vivir en el que considera «el mejor país del mundo», Willy Chirino celebra este 4 de julio, Día de la Independencia de EEUU, su nación adoptiva desde los 14 años de edad, cuando emigró desde la Isla secuestrada por Fidel Castro.
«Feliz 4 de Julio para todos. Agradecido por vivir en el mejor país de mundo», escribió el cantante en sus redes junto a una imagen en que aparece con la bandera cubana en su guitarra, y la estadounidense de fondo.
Chirino, nacido en Consolación, provincia Pinar del Río, Cuba, ha vivido la mayor parte de su vida en Miami, a donde llegó en 1961 solo, siendo un niño, a través de la Operación Pedro Pan.
«Éramos más de 80 niños en un hotel de Miami. Nos dieron casa, comida, educación y ropa, y algunos matrimonios se ocuparon de nosotros», contó sobre su llegada a tierra de libertad.
En 1962 Willy pudo reencontrarse con sus padres en el sur de la Florida, desde entonces EEUU se convirtió en su hogar, desterrado como millones de cubanos por la «revolución» comunista.
Aunque durante décadas, el intérprete de Nuestro Día, sigue añorando regresar a una Cuba libre, y ha dedicado sus mejores temas a la Isla caribeña que lo vio nacer, Willy estará por siempre agradecido con sus padres que tomaron la decisión de sacarlo de su país natal, cuando realmente nadie esperaba que Castro se perpetuaría en el poder y destruiría la Mayor de las Antillas.
Los comienzos en Estados Unidos para Willy y su familia no fueron fáciles, pero con determinación y persistencia pudo salir adelante, y hoy es uno de los cantantes favoritos del exilio.
Willy recordó recientemente que con apenas 16 años trabajaba como músico seis noches por semana en los clubes nocturnos de Miami, mientras estudiaba en High School, lo hacía para ayudar a su familia, y labrarse un futuro como artista.
Más de 14.000 niños cubanos fueron recibidos en EEUU sin acompañantes adultos, a través de la Operación Pedro Pan en 1961. Muchas familias creyeron que sería algo temporal, sin embargo tuvieron que hacer de esta maravillosa tierra su casa, porque nunca pudieron regresar a vivir a la Isla.
Hoy miles de ellos celebran este 4 de julio en América, como Willy, agradecidos con la tierra que le devolvió los sueños, y les permitió crecer en libertad.